lunes, 25 de abril de 2011

CLASIFICACION DE LAS SECTAS POR SU PELIGROSIDAD


Mateo 7:15-20

¨Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
 Así que, por sus frutos los conoceréis¨.

Según como hemos descrito el concepto secta, como un grupo que tiende a la separación y desprecio de los que practican el cristianismo ortodoxo, todas las sectas son peligrosas. Pero es claro que unas lo son más que otras. En esta ocasión nos toca analizar la peligrosidad de las sectas, y lo vamos a hacer desde tres perspectivas diferentes. Primeramente veremos que las sectas pueden ser peligrosas doctrinalmente. Luego veremos que las sectas pueden ser peligrosas socialmente, y finalmente veremos que las sectas pueden ser peligrosas en el ámbito espiritual, y llegar a afectar seriamente la personalidad (el ser interior) del individuo, y cambiar de forma radical los sentimientos y la conducta, de modo que puede llegar a convertirse en un mal patológico.

Como es lógico, no pretendemos aquí hacer un estudio exhaustivo acerca de este tema, sino que solamente queremos presentar ideas generales que puedan servir de guía para quienes estén interesados en hacer un análisis más profundo.

Este asunto debe provocar el interés de todo creyente, pues este tipo de análisis nos puede ayudar enormemente a saber la forma cómo podemos  lidiar con los diferentes grupos religiosos, cuando se nos presente el caso. La Palabra de Dios nos manda a prepararnos para hacer frente a los enemigos de la cruz de Cristo: ¨sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros¨ (I Pedro 3:15).  

Parte de nuestro adiestramiento como creyentes es el saber usar la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios, como nos lo dice Pablo en Efesios 6:17; porque cada día lidiamos batallas en la guerra espiritual, que no podemos perder.

Por todo lo antes dicho, veamos los aspectos pertinentes que conciernen a nuestro tema de hoy.

1.- Hay Sectas Que Son Peligrosas Doctrinalmente.

Una secta puede ser catalogada como peligrosa doctrinalmente cuando tiene otra Biblia. Pongamos como ejemplo a los llamados Testigos de Jehová, que poseen una Biblia traducida a su antojo. Pero además proclaman que su única fuente de autoridad es la Biblia, cuando en realidad, la mayor autoridad en materia de exégesis para ellos, la tienen los escritos de sus fundadores, empezando por Rusell, de donde les viene el nombre de ruselistas. Este rasgo en cualquier secta, la hace altamente peligrosa y subversiva contra la verdad de Dios expresada de forma diáfana en las Sagradas Escrituras.  La Biblia adulterada de los Testigos de Jehová no puede ser fuente alguna de autoridad en materia de fe, y es por ello que sus seguidores viven engañados. Deberíamos hacerles ver que su Biblia no es auténtica y que por ende carece de credibilidad.

El tener otros libros ajenos a la Biblia, como es el caso de los mormones, les clasifica dentro del grupo de sectas peligrosas, pues ellos basan sus fundamentos de fe en las ideas de los hombres, que consideran por encima de la misma Biblia. Lo más delicado en todo esto es que esos libros extrabíblicos son considerados por ellos como dotados de autoridad para establecer su fundamento doctrinal. Mientras más descabelladas sean las ideas que se presenten allí, mayor será el número de adherentes que las creerá. Según nuestro Señor Jesucristo, lo único que aguarda a estos engañados seguidores es la ruina total: ¨Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina¨ (Mateo 7:24-27).

Por lo general estos grupos tienen una tremenda capacidad para difundir sus errores por todas partes. En este mundo de pecado, siempre será más fácil lograr convencer a la gente con la mentira. El reconocimiento de la verdad, departe de una persona de naturaleza caída, requiere de la intervención poderosa del Espíritu Santo, obrando en el espíritu humano, para traerle al convencimiento de la verdad. Es por esto que el Señor Jesucristo habló de la pertinencia del Espíritu Santo en la obra evangelística: ¨Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra¨ (Hechos 1:8). Es por esto también que frente a todo este problema que constituyen las sectas, en su tarea de torcer la verdad, es imprescindible depender absolutamente del Espíritu Santo.

Otro aspecto que define la peligrosidad doctrinal de las sectas es la presentación de otro Jesús muy diferente al que vemos en la Biblia y muy diferente del Jesús histórico. Las sectas tienen un concepto de Jesús divorciado del que encontramos en los relatos de los evangelios. Mientras en los evangelios claramente se presenta a Jesús como Dios encarnado, para las sectas, como los Testigos de Jehová, Jesús carece de divinidad y es reducido a la categoría de un ángel.

Si Jesús no era Dios, entonces cada uno de los milagros que hizo, como la multiplicación de los panes y los peces, y todo lo que dijo, que no ha podido ni podrá ser superado jamás, no tienen explicación alguna. De la única manera que todo encaja con Jesús es aceptando que él es Dios. Pero lo más grande de todo este razonamiento es que, si Jesús no es Dios, entonces él no nos puede salvar.

Así que todo este aspecto doctrinal anti bíblico es altamente peligroso para cualquiera que desea conocer la verdad.

2.- Hay Sectas Que Son Peligrosas Socialmente.

Porque afectan la individualidad o personalidad, alentando un encerrado fanatismo. Las sectas pueden apoderarse de tal manera de las personas, que pueden provocar incluso que una persona se separe de su pareja, para hacer concordar ciertas ideas absurdas establecidas como reglas o requisitos para pertenecer al grupo.  Este aspecto está totalmente en contra de lo que aconseja la Biblia en materia de matrimonio y conflictos de fe: ¨Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos¨ (I Corintios 7:12-14). Toda secta que atente contra la unidad del sagrado matrimonio es altamente peligrosa.

Otras sectas de igual peligrosidad separan de manera expresa a las personas de sus familias, y hacen que la gente se vuelva enemiga de los seres más amados. Esto se vuelve una obsesión, como si fuera una enfermedad. Este tipo de exigencia empieza siendo sutil, y hasta se atreven a esgrimir pasajes bíblicos para apoyar sus acciones, como es el caso de Mateo 10:37, que dice: ¨El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí¨. Pero aquí, la demanda de Jesús para aquellos que reciben rechazo de su familia por hacerse cristianos, es sólo un recurso extremo, que no puede ser usado como excusa para dejar a los padres o a los hermanos simplemente así por así. Además la demanda es del Señor a nosotros, no de una iglesia o grupo a los creyentes.

Otra forma como estas distorsiones de la verdad se presentan, es negándose a cumplir los deberes civiles. Algunas sectas como la de los Testigos de Jehová llegan a considerar al gobierno como del diablo. Así ven como algo malo saludar a la bandera o cantar el himno nacional. Se niegan al deber de ir a la guerra cuando es necesario, y todo esto con la excusa de hacerlo según dicen para obedecer a Dios, cuando Dios nos ha mandado todo lo contrario en su Palabra. Veamos una muestra de lo que nos dice la Biblia en este sentido: ¨Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra¨ (Romanos 13:1-7).

Todo lo dicho en el pasaje bíblico anterior respecto del orden o gobierno humano es para preservar el estado de derecho en el mundo, sin el cual lo que existiría sería un anarquismo, así que cualquiera secta que induzca a la gente a desobedecer estos principios elementales de ley y orden, se opone abiertamente a lo establecido por Dios, y constituye un gran peligro para cualquier sociedad.

3.- Hay Sectas Que Son Peligrosas Espiritualmente.

Esto quiere decir que afectan seriamente la espiritualidad del ser humano, llevándole a  buscar en el mundo de lo oculto. El ocultismo se define como  la práctica de invocar a poderes sobrehumanos fuera del reino de Dios, para obtener resultados que van más allá de la capacidad de la mera naturaleza. Este tipo de ejercicios arrastra de forma nociva hacia el espiritismo, y conducen poco a poco finalmente a la adoración de Satanás (Satanismo).

La diferencia entre estas sectas y las demás, estriba en que sacan a la persona de un ritmo normal de vida, alejándole de la realidad, y alimentando una serie de situaciones que van poco a poco dañando el estado mental y físico de los individuos que se someten a este tipo de prácticas.

Las exigencias en este tipo de grupo están repletas de actos inmorales, sádicos, extravagancias de todo tipo, como en la forma de vestirse y en el tipo de música que se escucha. No se someten a ninguna regla y abiertamente pueden llegar a declararse adoradores de Satanás. Cualquiera persona que esté involucrada de alguna manera con alguna secta así, es digna de lástima, pues ha llegado al límite del engaño y del error.

El conocimiento de todo esto nos debe motivar a predicar con más fervor la Palabra de Dios y orar con mucha fe en favor de aquellos que están atrapados de una manera tan despreciable.

Leandro González

Sermón predicado en la Primera Iglesia Bautista de Mao, República Dominicana, el 24 de abril de 2011.   

sábado, 23 de abril de 2011

LA RESPONSABILIDAD DE LAS IGLESIAS EN LA PROLIFERACION DE LAS SECTAS


I Timoteo 4:16

¨Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren¨

¿Por qué tratar este tema de manera especial en el ámbito de las sectas? ¿Qué tan necesaria es esta consideración frente a la proliferación de las sectas? Si hemos de ser honestos, tenemos que estar de acuerdo que como iglesia tenemos una gran cuota de responsabilidad en la manera como las sectas han crecido en el mundo.

Es muy fácil acusar a las sectas de que no predican la verdad, cuando tenemos una realidad, y  es su empeño y dedicación en la búsqueda de adeptos para su organización, algo que nos debe preocupar. Muchas veces, mientras los hermanos evangélicos estamos salvos, seguros y sentados (las famosas 3S) en nuestro bunker, las personas son abordadas con un mensaje falso que los aleja cada día más de la verdad. Esto debería ponernos a pensar seriamente acerca de nuestro deber de hacer la obra misionera a tiempo y a fuera de tiempo: ¨Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina¨ (2 Timoteo 4:2).   

Por este motivo quiero que consideremos los siguientes puntos:

1.- La Responsabilidad de las Iglesias en el Auge de las Sectas Tiene Mucho que Ver con la Administración Eclesiástica.

Muchas veces no se ofrece a los hermanos el suficiente cuidado que ellos demandan, y podemos forjar ciertas debilidades con esta negligencia, que es aprovechada por las sectas, pues ellos son muy insistentes en su trato con las personas, a fin de captarlos como adeptos. Aunque nuestro interés no es buscar adeptos, sino que predicamos para que las gentes crean en Jesucristo y se salven, pero esto no quita que seamos más astutos en nuestro trato con las personas, a fin proporcionarles el ambiente propicio dentro de la congregación, de manera que sepan que en verdad estamos interesados en la satisfacción de sus necesidades en sentido general.

Las iglesias deben ser responsables frente al testimonio de los que presiden, de los líderes, de los pastores. Las iglesias cristianas evangélicas deben cuidarse de que cada uno de los que preside tenga una vida correcta, y que cumpla con los requisitos requeridos en la Palabra de Dios, para ser ordenados y para seguir en ejercicio de sus funciones.

La Biblia es muy celosa en materia de selección de candidatos para el ministerio, ya sea dentro del pastorado, el diaconado o cualquiera otra función: ¨Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad
(pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo. Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia. Y éstos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles. Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas. Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús¨(I Timoteo 3:1-13). Una lectura cuidadosa de este pasaje, nos da la razón respecto del sumo cuidado que se debe tener a la hora de elegir a un obrero para la iglesia, y el seguimiento que se le debe dar, en procura de que la iglesia garantice su integridad delante de Dios y delante de la sociedad.

La falta de ética profesional y cristiana, ha inducido a más de uno, a buscar esa integridad que no encontraron en una iglesia cristiana, en algún grupo que les parece que sí lo tiene. Esto es muy contradictorio, pues la iglesia está llamada a ser una reserva moral en el mundo, y también a preservar a los hombres y mujeres que representan esa reserva moral. Esta es una demanda del Señor Jesús a sus discípulos, y por ende a su iglesia universal: ¨De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos¨ (Mateo 5:19,20). La gracia no invalida el cumplimiento de los principios, ni exonera a ninguno de cumplir con fidelidad con la ley de Dios.

También debemos decir que una persona que se va enojada de la iglesia, por las razones que sean, será un candidato casi seguro para caer en manos de las sectas.

Muchas congregaciones no tienen reparos en permitir dentro de sus filas a personas que no observan una conducta correcta. En una iglesia debe haber una disciplina correctiva y ejemplarizadora frente a cualquier pastor, misionero o líder que incurra en situaciones que pongan en riesgo la vida moral de la iglesia. Aunque sea radical, el mejor correctivo para un ministro que ha fallado, es la invalidación de su licencia (por decirlo de una manera) para ejercer el ministerio, porque esta tarea de ministro cristiano, es una tarea harto delicada.

Muchos líderes fallan, y luego de un tiempo de restauración, son colocados de nuevo en su antigua tarea, pero sucede que nunca más podrán tener la fuerza moral que tuvieron en un principio. No es lo mismo venir del mundo perdido a la iglesia, como una persona redimida, que estando redimido y participando de la gran labor de cuidar las almas, caer, y pretender seguir después de levantarse, con la misma fuerza moral de antes. La verdad es que las consecuencias de nuestros errores ministeriales nos perseguirán toda la vida. Hay tropiezos que lamentablemente invalidan nuestra reputación delante de los demás.

Esta realidad es algo que usan de manera inmisericorde las sectas, con el propósito de desacreditar la iglesia y el evangelio. Por este motivo debemos tener mucho cuidado de cómo nos conducimos como ministros del evangelio, para que no seamos de tropiezo a ninguno, ni demos razones a los enemigos de la cruz de Cristo. 

2.- La Responsabilidad de las Iglesias en el Auge de las Sectas Tiene Mucho que Ver con La Falta de Celo Por la Sana Doctrina.

Cuando hablamos de celo por la sana doctrina, nos referimos a la pasión que nos debe motivar en procura de preservar las enseñanzas puras de la Biblia, sin añadidos ni mutilaciones.

A pesar de que la Biblia ha sido traducida a muchos idiomas y ha sido actualizada muchas veces en la gramática de dichos idiomas, al través del tiempo, no implica que haya sido adulterada en cuanto a su significado semántico. Aunque algunas sectas, como los llamados Testigos de Jehová, tienen una traducción bíblica amañada, que responde a sus falsos criterios de fe, torciendo la Escritura, y haciéndola que diga lo que no dice, las traducciones serias de la Biblia han sido hechas ajustándose lo mejor posible a los originales antiguos. Estos originales existen, y si una persona conoce los idiomas hebreos, griego y arameo, puede realizar las comprobaciones pertinentes, así como refutar los textos bíblicos erróneos introducidos por las sectas.

La falta de celo por la sana doctrina permite que enseñanzas peligrosas penetren en la congregación. Recordemos que las iglesias son atacadas desde diferentes frentes, y uno de los frentes más peligrosos, es aquel que se mueve dentro de la iglesia misma. Es por esto que el apóstol Pablo le dice a Timoteo lo siguiente: ¨Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren¨ (I Timoteo 4:16). Así que, para evitar ignorancias, es necesario enseñar siempre en la iglesia lo que dice la Biblia, y que se oriente a los hermanos y a los amigos que asisten a la iglesia, los fundamentos de la fe cristiana.

La manera de descubrir cualquier error doctrinal es manteniendo un espíritu crítico ante cualquier novedad doctrinal, y empuñando siempre con gran empeño la Espada del Espíritu, pues nunca debemos olvidar que una fuerza maligna del mundo espiritual se opone rabiosamente a que la doctrina correcta de la Biblia sea conocida y divulgada. Por esta razón el apóstol Pablo nos instruye de la siguiente manera: ¨Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos¨ (Efesios 6:10-18).


3.- La Responsabilidad de las Iglesias en el Auge de las Sectas Tiene Mucho que Ver con la Falta de Convicción Congregacional y Personal Acerca de lo Que se Cree.

Las iglesias deben definir con claridad sus puntos doctrinales. Esto debe ser una materia obligada para cada nuevo creyente, y se deben hacer exposiciones y estudios bíblicos de manera programada y sistemática, donde todos participen, para que no se olvide ni se descuide lo que son nuestros fundamentos de fe. Esto es vital hacerlo, mucho más en este tiempo, en el que pululan los movimientos que viven extraviándose de la verdad y proclamando cuestiones necias y controversiales, que a nada sano encaminan.

Cada hermano debe saber lo que su iglesia cree, y conocer lo esencial de la fe cristiana. Cada hermano debe sentirse cómodo con lo que cree y debe saberse seguro de que está en una iglesia que enseña y predica la verdad bíblica como es. En pocas palabras, cada uno debe saberse seguro y confiado de pertenecer a su iglesia.

Aquellos que viven pasando de una iglesia a otra con mucha frecuencia, y no se afianzan en ninguna, pueden caer en las redes de las sectas cuando menos se lo esperen. Lo mismo ocurre a los que viven haciendo comparaciones en diferentes campos de la vida ministerial. Esto incluye hasta la práctica de criticar la forma de realizar el culto en su iglesia u otras actividades, porque no se parecen a tal o cual congregación.

Esta inestabilidad demuestra falta de asidero, y a quienes padecen de este mal, no les permite participar de forma responsable ni de modo feliz en su iglesia. Es necesario que cada uno se integre de manera definitiva y formal a su congregación y que luche y trabaje en procura del crecimiento y vitalidad de su propio grupo local o familia de la fe.

Uno debe sentirse bien por pertenecer a la denominación a la que uno pertenece, de la misma forma como que se siente feliz de pertenecer a la familia a la que pertenece, y de llevar el apellido que lleva.

Si tenemos cuestionamientos muy contradictorios con respecto a la denominación a la que pertenecemos, esto significa que uno no está convencido de estar en el lugar correcto. No queremos decir que exista una denominación única que enseñe y predique la verdad de la Biblia, o que uno deba buscar esa congregación exclusiva, no. Estamos diciendo, que cada creyente debe saber que está en una congregación que enseña y practica la verdad bíblica; y si eso es así, no importa cómo se llame esa congregación, esa es nuestra congregación para servir al Señor y vivir la vida cristiana, y no debemos entonces procurar otra, sino entregarnos en cuerpo y alma para que nuestra congregación sea exitosa.

No debemos estar en una congregación porque esa sea la iglesia donde crecimos o la religión de nuestros padres, o la religión que nos enseñaron nuestros padres. Esas no son razones suficientes para pertenecer a una congregación. La razón principal debe ser bíblica, no situaciones de índole tradicional o histórica. Si nos damos cuenta, al analizar la verdad bíblica, de que la congregación a la que pertenecemos no enseña la Biblia como es, entonces es el momento para buscar una iglesia donde se enseñe y practique la Biblia, y no las ideas de los hombres. Si usted lee la Biblia pidiendo la dirección de Dios, el Espíritu Santo le mostrará el camino verdadero, y así podrá diferenciar la verdad de la mentira, usted estará en capacidad de identificar una iglesia sana, y también podrá darse cuenta con facilidad cuando esté frente a una secta.

Si las iglesias cristianas ponen énfasis en estos aspectos que hemos definido aquí, entonces se podrá disminuir considerablemente el avance de las sectas en el mundo.

Leandro González

Mensaje predicado en la Primera Iglesia Bautista de Mao, República Dominicana, el 17 de abril de 2011.

lunes, 11 de abril de 2011

EL FENOMENO DE CRECIMIENTO DE LAS SECTAS

2 Timoteo 4:1-5.



¨Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio¨ (2 timoteo 4:1-5).

En esta ocasión vamos a considerar un título que dentro del tema general de las sectas es un asunto altamente preocupante. Como nos preocupa la salvación de todo el mundo, principalmente de familiares y amigos que están atrapados en alguna secta de error, este tema del crecimiento de las sectas nos debe poner a reflexionar seriamente, y nos debe poner a actuar en consecuencia. No es posible que seamos indiferentes frente a esta realidad mundial que afecta la vida de personas que amamos y que pone en grave peligro su salvación. Este asunto de la salvación es algo crucial, por lo tanto debemos prestar mayor atención a este fenómeno cada vez más creciente de las sectas.

No nos debemos conformar con las profecías de nuestro Señor Jesucristo que nos hablan del auge de los falsos profetas, como si esto fuera una excusa para lavarnos las manos como Pilatos, como si no tuviéramos ninguna culpa. La verdad es que El Señor nos advierte acerca de la ocurrencia de estos hechos, para que precisamente estemos alerta, y para que con diligencia atendamos los asuntos que conciernen a nuestra fe y a nuestro deber de predicar el evangelio al mundo. La advertencia que tenemos en la Biblia acerca de nuestra responsabilidad de predicar al mundo es algo que nos debe motivar cada día: ¨ Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma¨ (Ezequiel 3:18,19).

Una pregunta obligada en relación a este tema es: ¿Por qué crecen las sectas? Hay múltiples razones por qué crecen las sectas, pero vamos a considerar las siguientes tres razones de peso que nos indican porqué crecen las sectas:

1.- Las Sectas Crecen Porque La Gente Busca Cosas Nuevas.

Podríamos decir que una razón de gran peso es el hecho de que la gente va tras las cosas nuevas (pura curiosidad), y mucho más si esas cosas se presentan contrarias a Dios y a su Palabra. En el pasaje que hemos elegido de 2 Timoteo 4:1-5 vemos que el apóstol Pablo advierte acerca de esta situación. Esto es así por la naturaleza caída de los seres humanos, que se manifiesta en una abierta rebelión contra todo aquello que el Creador ha establecido. El ser humano busca indiscriminadamente y sin ningún criterio todo aquello que tienda dizque a satisfacer su curiosidad.

Esta situación del ser humano no es nueva. Nos damos cuenta por lo que Pablo le dice a Timoteo, que es así: ¨Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas¨ (2 Timoteo 4:3,4).

Este es el panorama que vemos hoy en día. Muchos predicadores ponen más atención y dan mayor importancia a sus palabras que a la Palabra de Dios. Basan sus pláticas más en sus propios criterios y experiencias que en lo que dice la Biblia. Sus sermones no son la predicación del evangelio, sino más bien una charla para inflar el ego de sus oyentes. Predicadores como estos son los que propician que la gente se desvíe de la verdad y vaya en búsqueda de teorías humanas y doctrinas de demonios. Estos predicadores preparan el camino para que la gente acepte nuevas tendencias de error.

Si bien es cierto que debemos estar abiertos a ciertos cambios en la iglesia, no menos cierto es que debemos tener cuidado con el espíritu liberal de la época, con el concepto de ¨mente abierta¨ que no es más que una excusa para introducir en el mundo cristiano la apostasía tan anunciada para estos últimos días. Sin duda alguna que estamos asistiendo hoy a un período de la historia donde se aprecia una gran apostasía que inmuta a muy pocos cristianos. Más bien, muchos cristianos son cómplices, de alguna manera, de este tipo de movimiento dentro de las iglesias, que empuja hacia una falta de cordura y delicadeza, cualquierizando de esta manera el evangelio y abriendo así de par en par la puerta, para que entren los errores y se desconozcan los principios de fe, las costumbres sanas que han sido observadas por siglos por la iglesia y la separación de la vida cristiana del mundo pecador. Todo esto hace que no se considere con seriedad el fenómeno de crecimiento de doctrinas fraudulentas.

Es bueno que sepamos que todo lo que Dios nos había de revelar ya ha sido revelado en su Palabra, y no necesitamos nada nuevo en esta materia, sino el cumplimiento fiel de cada una de las cosas detalladas allí. Es por esto que el Señor Jesucristo nos advierte para que no seamos engañados juntamente con los que se pierden: ¨Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. Ya os lo he dicho antes¨ (Mateo 24:23-25).

2.- Las Sectas Crecen Porque Existe Un Diablo.

Una razón muy importante para el crecimiento de las sectas es la realidad de la existencia del diablo, quien se encarga de estimular en la mente humana la apostasía. Estas acciones contrarias a la verdad, que representan las sectas, está creando el ambiente propicio para que se establezca la plataforma del anticristo, y esto es algo que hace mucho tiempo que está operando en el mundo, o sea el misterio de la iniquidad, una fuerza maligna que se mueve decididamente al través de las sectas. Cuando leemos en 2 Tesalonicenses 2:7 lo que dice Pablo acerca de esta realidad que le espera al mundo, uno tiene que concluir que la proliferación de las sectas tiene mucho que ver con ese poder sobrenatural que opera solapadamente: ¨Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio¨ (2 Tesalonicenses 2:7).

Las afirmaciones de todos aquellos que dicen haber tenido apariciones o manifestaciones de ángeles, que les anuncian otras verdades, cosas contrarias a lo que dice la Biblia, son una clara evidencia del obrar de Satanás detrás de estos episodios. Por ejemplo, si en realidad se le apareció a José Smith un ángel, este ángel tiene que haber venido de otro lugar que no es el cielo, pues lo ángeles del Señor no contradicen ni desacreditan la Palabra de Dios.

Desde el principio Satanás ha intentado destruir lo que Dios ha construido. El incitó a nuestros primeros padres para que desobedecieran a Dios, y lo sigue haciendo hoy, mucho más y con mucho más fuerza, porque ve que el día del cumplimiento de su condena se acerca.

Al través de las sectas Satanás busca persuadir a la humanidad para que se sienta bien en una iglesia que no predica la verdad, pero que aparenta hacerlo. Esta es la manera sutil como el diablo trabaja. Al propio Señor Jesucristo intentó hacerle caer con sus insinuaciones peligrosas y oportunistas en el desierto de la tentación utilizando la Biblia como todo un experto teólogo (Mateo 4:1-11).

Los cristianos no deberíamos nunca pasar por alto que Satanás es quién está detrás de las sectas, por muy inofensivas que aparenten ser muchas de ellas. La Biblia denuncia la capacidad del diablo y de sus seguidores de camuflarse, a fin de que los cristianos no se dejen engañar: ¨Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz¨ (2 Corintios 11:13,14).

3. Las Sectas Crecen Porque Las Iglesias Se Descuidan.

Una última razón de gran peso porqué las sectas crecen, y esto es algo que debe preocupar a todo cristiano, es el descuido de las iglesias en presentar con responsabilidad y dedicación el mensaje del evangelio al mundo circundante. Esta falta de interés es una de las causas que permiten a las sectas ganar terreno en las mentes de los inconversos para introducirlos en el error.

Es muy duro para mí como pastor reconocer esta triste realidad de la que somos culpables. Esta no es la razón principal, pero es una de gran peligrosidad y que hace daño tanto a los que todavía no son creyentes como a los que están dentro de la congregación, a los que ya son creyentes.

Muchos creyentes enfrentan la gran dificultad de no saber cómo enfrentar las sectas cuando llegan a sus casas. Se sienten impotentes de poder defender lo que creen frente a los que presentan afirmaciones contrarias a la Biblia. Es muy lamentable ver cómo muchos creyentes abren sus puertas a las sectas y prestan oído a lo que enseñan, se sientan a escuchar placenteramente, porque tienen el criterio de que todo el que les venga a hablar de Dios es bienvenido en sus casas. Creo que los cristianos debemos hacer caso a lo que nos dice la Biblia, y ser más celosos con lo que creemos, y mucho más en este tiempo que vemos que la venida del Señor está tan cerca. Recordemos la amonestación del apóstol Juan con relación a esto mismo en su segunda carta, versículos 9 al 11: ¨Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras¨ (2 Juan 1:9-11).

Entonces, cuando los creyentes avalamos de alguna manera los esfuerzos de las sectas, ya sea prestándoles atención o comprando sus libros y revistas, no nos podemos quejar del crecimiento de las mismas.

Sin ser groseros, tenemos el deber de hacerles ver a los seguidores de las sectas, que están divorciados de la verdad. Para esto, cada creyente debe ser un fiel soldado de Jesucristo, un miembro militante en su iglesia, uno que vive su vida cristiana las veinticuatro horas del día, y no tan sólo los domingos cuando va al templo.

El cristiano no debe conformarse con lo que se enseña en la iglesia, sino que debe tener su propio hábito de estudiar la Biblia, para estar en forma, bien preparado para cuando se presente el momento de enfrentar el error. Pero si usted no se siente lo suficientemente preparado como para enfrentar a un emisario sectario, es preferible que llame al pastor o a otro hermano de la iglesia de manera discreta para que le ayude, o puede preguntar lo que no sabe, para que pueda dar respuestas que sean contundentes.

Pero si hacemos caso a lo que nos dice el apóstol Juan, de no permitir que entren a nuestras casas con doctrinas extrañas, nos evitaremos molestias innecesarias. Si los creyentes estuviéramos haciendo nuestro trabajo de hacer discípulos, las sectas tendrían muy poca oportunidad de introducir sus errores.

De otra manera, es también muy triste ver como muchas iglesias ponen poco o ningún interés en el discipulado de aquellos que se convierten, lo que provoca una gran ignorancia de las verdades esenciales de la fe, que se supone todo nuevo creyente debe conocer como materia obligada desde el momento que forma parte de la congregación. Este cuidado es esencial para preparar al nuevo hermano en aquellas doctrinas que son la base de la fe cristiana y que constituyen el fundamento del cristianismo establecido por nuestro Señor Jesucristo y los apóstoles. Al hacer esto cumplimos con la totalidad de la gran comisión que incluye una buena dosis de enseñanza de todas las cosas que el Señor ha ordenado: ¨enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén¨ (Mateo 28:20).

El fenómeno de crecimiento de las sectas es una cuestión que debe preocuparnos seriamente. Aunque es cierto que no podremos impedir que el error exista, pero sí podemos luchar contra él, presentando la verdadera cara del evangelio, incentivando a los niños, jóvenes y adultos a estudiar la Biblia. Las iglesias cristianas están llamadas a incentivar las células de estudio de la Palabra de Dios en los hogares, para de esta manera contrarrestar el error que hacen circular las sectas. Si podemos, debemos ayudar a todos aquellos que están atrapados por las sectas, para que sean librados de las garras de Satanás.

Leandro González



Mensaje predicado en la Primera Iglesia Bautista de Mao, República Dominicana, el 10 de abril de 2011.

LOS ESCRITOS DE LAS SECTAS

2 Timoteo 3:16,17.


¨Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra¨.

Las sectas tienen otras fuentes de donde hacen derivar sus creencias, que no es la Biblia. Esta es una constante en las sectas, ellos siempre considerarán que no es suficiente con la Biblia, que hacen falta otras ideas, otras ¨revelaciones¨. Algunas sectas, muy sutiles, apelan al hecho de que la revelación de Dios no ha sido completada, y que todavía Dios sigue revelando nuevas verdades.

Aunque es cierto que la revelación de Dios fue progresiva desde el Génesis hasta el Apocalipsis, desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento, la verdad es que con la revelación de nuestro Señor Jesucristo del Apocalipsis, se selló la revelación de Dios, o sea que la Biblia es toda la revelación de Dios, que según el criterio de Dios necesitábamos los seres humanos.

Es bueno que esté bien claro que con la persona de Jesús se ha completado la revelación de Dios al hombre. Por eso nos dice la Biblia lo siguiente: ¨Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas¨ (Hebreos 1:1-3).

Y por esto mismo, el último libro de la Biblia, en su último capítulo nos advierte acerca de las consecuencias y peligros de añadir o quitar a esta revelación: ¨Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro¨ (apocalipsis 22:18,19).

Esta rivalidad contra la Biblia nos plantea los siguientes puntos:

1.- Los Escritos de las Sectas Son Inconsistentes Frente a la Biblia.

Las ideas de los escritos de las sectas nunca serán paralelas a las de la Biblia, no pueden tener ninguna coincidencia, ninguna congruencia. Esto es lo que pasa con los escritos de las sectas y la Biblia: No es posible reconciliarlos. Las sectas cuentan con documentos que cuentan una historia muy diferente a la que cuenta la Biblia. Y esto es así, precisamente en los puntos más esenciales de la fe cristiana.

Las sectas pretenden, sin embargo, compararse con la verdad absoluta de la Palabra de Dios, algo que es atrevidamente imposible, pues la Biblia es de origen divino, y el origen de los escritos de las sectas es meramente humano, o tienen un origen oscuro y oculto que se genera en los lugares más oscuros de las ¨regiones de maldad¨. Ninguno de los escritos de cualquiera otra religión que no sea el cristianismo puede exhibir la singularidad tan especial que se puede verificar en la Biblia, y los hechos históricos y documentos testimoniales que avalan esta aseveración, son demoledores. El único libro que se puede sostener por sí mismo es la Biblia, pues su autor es Dios mismo.

La distancia entre lo que dice Dios y lo que dicen los hombres es enorme. Es por esto que la Biblia nos dice lo siguiente respecto de la invalidez de las palabras de los hombres y la certeza de la Palabra de Dios: ¨De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, Y venzas cuando fueres juzgado¨ (Romanos 3:4). Esto quiere decir que las palabras de los hombres no son confiables, mientras que siempre podemos dar como bueno y válido lo que dice Dios, porque Dios siempre dice la verdad.

Los escritos de las sectas corroboran las palabras dichas por el Señor Jesús a sus discípulos, cuando les hablaba de la aparición de falsos profetas como un elemento que señala el fin del mundo: ¨Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos¨ (Mateo 24:24).

Los creyentes tenemos la obligación de examinar con cuidado lo que dicen las sectas y cualquier fuente que no sea la Biblia, para comprobar si proceden de una fuente segura o no. Todo aquello que no concuerde con lo que dice la Biblia, debe ser considerado como fraudulento: ¨Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo¨ (I Juan 4:1).

2.- Los Escritos de las Sectas Son Contrarios a la Biblia.

La intención de las sectas es contra la Biblia, pues procura precisamente contradecir la Palabra de Dios. No hay ingenuidad, no hay inocencia en las actuaciones de las sectas respecto de sus contradicciones con el contenido del libro sagrado. Aunque muchos de los que están inscritos en las sectas estén ahí por ignorancia, no podemos decir lo mismo respecto de los responsables directos de las mismas.

Las sectas hablan de una nueva verdad, una supuesta verdad diferente de la que sí es la verdad, la Biblia. Todo lo que plantean las sectas contradice la ortodoxia bíblica, la doctrina correcta enseñada por nuestro Señor Jesucristo y los apóstoles.

Todo cuanto le fue revelado a los apóstoles por la acción del Espíritu Santo constituye el fundamento de la fe cristiana, y así será hasta que el Señor Jesucristo venga por segunda vez. Ninguna otra verdad será revelada ya más por el Señor, pues todo lo que se debía revelar ya fue revelado en la Biblia. Cualquiera que diga una cosa diferente, aunque sea un supuesto ángel del cielo, estará en evidente desafío contra Dios: ¨ Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema¨ (Gálatas 1:8,9).

3.- Los Escritos de las Sectas Son Ajenos a la Biblia.

Los escritos de las sectas no tienen nada que ver con la Biblia. No son inspirados, sino que vienen de fuentes ocultas y malintencionadas que procuran dar la gloria al pensamiento y a la idea de otra persona que no es Dios. La Biblia es un libro inspirado por Dios, y esta es una verdad que la misma Biblia se encarga de decírnosla: ¨Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra¨ (2 Timoteo 3:16,17).

Dios es el autor de la Biblia, pero el instigador de los escritos de las sectas es uno que es mentiroso y engañador, el cual nada tiene que ver con Dios. Hablando a los judíos que no creían en él, el Señor Jesús lanza la siguiente sentencia, donde nos dice mucho acerca del carácter mentiroso de nuestro enemigo, el diablo: ¨Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira¨ (Juan 8:44).

Los mormones basan sus creencias en libros escritos por José Smith, los cuales están repletos de fábulas, principalmente el libro Mormón. Los llamados Testigos de Jehová confían sus creencias a su fundador Carlos T. Russell, al grado que han llegado a creer y a afirmar que nadie puede conocer la verdad de la Biblia, a menos que estudie los libros de Russell. Mis amigos los Adventistas del Séptimo día son ñoños con las supuestas revelaciones extra bíblicas de Elena G. de White. Cada secta buscará siempre justificaciones a las extravagantes afirmaciones de los escritos de sus fundadores y líderes.

Cada una de estas sectas, sin embargo, sostiene que sus enseñanzas están fundamentadas en la Biblia, pero realmente la Biblia es para ellos sólo un libro que debe ser interpretado según sus propios escritos. Para ellos, es la Biblia la que debe estar de acuerdo con lo que dicen sus escritos, y no al revés. Pero sucede, que el más nuevo de los principiantes de los creyentes cristianos verdaderos sabe que el único libro sobre el cual se sostiene la fe evangélica es la Biblia, y sólo la Biblia, sin añadirle ni quitarle nada.

Leandro González



Mensaje predicado en la Primera Iglesia Bautista de Mao, República Dominicana, el 3 de Abril de 2011.