lunes, 29 de agosto de 2011

EL SAGRADO MATRIMONIO

Génesis 2:24
¨Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne¨.

Hablar de los propósitos del matrimonio es algo crucial en el día de hoy. Debemos hablar del matrimonio, del sagrado matrimonio, y debemos hacerlo desde la óptica de Dios. Dios me ha inquietado en la quietud de mi alcoba, en la tranquilidad de mi sueño, Dios me ha impulsado a decir esto. Yo necesito decirlo, yo necesito oírlo, yo necesito igual que tú creerlo, respetarlo y vivirlo.

Ya está bueno de oír a los hombres hablar, es tiempo de que prestemos oídos a Dios, que atendamos a lo que él nos dice en las Sagradas Escrituras. Dios nos quiere amonestar, Dios nos quiere llamar a reflexionar acerca de lo que hemos dejado atrás, de lo que naciones enteras están ignorando hoy. Nuestros niños necesitan padres y madres conforme al corazón de Dios, nuestros jóvenes necesitan modelos verdaderos que les muestren el camino correcto, de lo contrario nuestra civilización será aniquilada y nuestro mundo será destruido.

Asistimos hoy a la barbarie de ver nuestras mujeres desprotegidas, abusadas y asesinadas producto de la brutalidad que genera la ignorancia de las cosas verdaderas. Este mal que nos arropa es el resultado de olvidarnos de Dios, es la consecuencia de dar la espalda a los principios bíblicos que han dado forma a nuestra civilización. Se hace imperioso que volvamos a las sendas antiguas como nos lo dicen las Sagradas Escrituras: ¨Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos¨ (Jeremías 6:16). La sociedad de hoy, igual que la nación de Israel en la antigüedad, le está diciendo a Dios cada día con su manera de vivir que no desea vivir bajo sus parámetros.

Dios quiere que volvamos a la Biblia, que escuchemos su voz en lo que tiene que ver con el sagrado matrimonio. Es por esto que queremos decir por lo menos tres cosas importantes acerca del sagrado matrimonio.

1.- El Matrimonio Existe Para la Unión de Dos Personas.

El Señor Jesús, hablando acerca del matrimonio dice: ¨Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre¨ (Mateo 19:6). Esto quiere decir, que el matrimonio es una unión indisoluble mientras la pareja viva, de aquí se desprende la expresión ¨hasta que la muerte los separe¨, y esto es más que un ideal, es una ley de Dios, violarla trae malas consecuencias para las personas que hacen este compromiso.

El divorcio trae consecuencias negativas para la pareja, para la familia y para la sociedad. El divorcio atenta contra los ideales de Dios para el matrimonio, debemos evitarlo a todo costo. Genera tristeza, genera frustración para las personas implicadas, primeramente para los esposos y después para los hijos que sufren tremendamente la separación.

Aún así, sabemos que existen situaciones por las cuales el matrimonio se hace insalvable, la Biblia habla de la infidelidad conyugal como una razón de peso para disolver el matrimonio: ¨Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio¨ (Mateo 5:32). También se hace insalvable el matrimonio cuando la integridad física de una de las parejas se ve amenazada, cuando existe violencia intrafamiliar.

Sin lugar a dudas que Dios repudia el divorcio y la infidelidad, el caso de las mujeres que lloraban ante el altar de  Dios en Israel por causa de la infidelidad de sus esposos, episodio que se narra en Malaquías , porque los hombres habían despreciado a la mujer de su juventud, es una muestra elocuente de la postura de Dios a este respecto: ¨Y esta otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano. Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto. ¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud. Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales¨ (Malaquías 2:13-16).

Es bueno destacar que la unión del hombre y la mujer desde el punto de vista de Dios implica el amor entre ambos, el cuidado del hombre hacia la mujer y el de la mujer hacia el hombre. El hecho de que la mujer fuera hecha por causa del hombre, no significa que la mujer sea una cosa, esto no implica que la mujer sea una propiedad del hombre, sino que más bien ambos son propiedad de Dios. En realidad, el hombre y la mujer son mayordomos de Dios, deben administrar el hogar, los hijos, los bienes de la familia para la gloria de Dios y para el bienestar del mundo.

La Biblia nos dice que Dios hizo a la mujer de una costilla del hombre, y esto tiene  que tener un significado. Como alguien ya ha dicho, no la sacó de la cabeza del hombre para que la mujer no esté por encima de él, no la sacó de los pies del hombre para que el hombre no la pisotee, sino que la sacó de su costado para que la ame, para que la cuide, para que esté a su lado como una ayuda idónea (Génesis 2:18).  ¡Usted se da cuenta qué sabio es Dios!

El hombre tiene una necesidad de relacionarse, el hombre no puede vivir solo, necesita a alguien con quien vivir, esta es una necesidad perentoria en el ser humano, porque el hombre es un ser estrictamente social, Dios lo diseñó de esa forma, es por esto que necesita una compañera.

2.- El Matrimonio Es el Permiso de Dios Para el Disfrute del Sexo.

El matrimonio trae gozo al corazón del hombre, el matrimonio permite el disfrute del placer sexual que es una de las necesidades más importantes del ser humano. En este sentido el matrimonio es una necesidad, a menos que la persona reciba de Dios el llamado para el celibato con el propósito de dedicarse total y solamente al servicio cristiano, si ha recibido del Señor el don de continencia, como lo plantea el apóstol Pablo: ¨pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando¨ (I Corintios 7:9). De esto mismo habla el Señor Jesús, y dice lo siguiente: ¨Entonces él les dijo: No todos son capaces de recibir esto, sino aquellos a quienes es dado. Pues hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba¨ (Mateo 19:11,12).

El sexo dentro del matrimonio es algo tan necesario como la comida, de tal manera que el apóstol Pablo dice que ninguno de los dos debe negarse al otro, y que sólo debe haber una pausa en las relaciones sexuales para dedicarse sosegadamente a la oración, pero dice que debe ser por poco tiempo, por causa de cuidar la integridad misma de la pareja y del matrimonio, porque sabemos que existe un enemigo, que es el diablo, el cual busca siempre estropear los planes de Dios, dándole al hombre y a la mujer falsas justificaciones para cometer el pecado del adulterio. Usted puede leer este consejo bíblico en I Corintios 7:5.

El sexo fuera del matrimonio es pecado, y este pecado  tiene dos nombres: adulterio y fornicación. Esas no son palabras bonitas, son palabras feas y bochornosas, pero para muchas personas eso es algo que viene muy bien en la sociedad permisiva de hoy. Para muchos, hacer lo contrario de lo que Dios dice, parece un deporte, por eso está la sociedad de hoy como está, por no querer respetar los valores morales y espirituales establecidos por Dios.

El adulterio lo cometen los que son casados cuando se unen a otra persona que no es su pareja, y la fornicación la cometen los que son solteros cuando tienen sexo sin estar casados. Esto pudiera significar que la fornicación la cometen los novios y que el adulterio lo cometen los esposos, pero esto no es necesariamente así, pues hoy, y esto desde hace ya mucho tiempo, muchas personas se acuestan a penas después de unos minutos de encontrarse por primera vez, o sea que la cosa es mucho más fea de lo que uno se puede imaginar. Y esto lo hacen hasta personas que tienen conocimiento  de la Palabra de Dios, personas que fueron criadas bajo los principios cristianos; y si eso es así entre personas ¨cristianas¨, imagínese entre personas que no reconocen los principios bíblicos.

Por causa de esto, tenemos que ver hoy cómo el hombre y la mujer reclaman su derecho a vivir licenciosamente, y por causa de esto somos testigos del aberrante reclamo de gremios de homosexuales que piden la legalización de su estatus de pecado. Esto nos habla de una sociedad en decadencia, de una civilización que va rumbo a la destrucción.

La sociedad de hoy ha roto el corazón de Dios, ha violado el sagrado matrimonio. El hombre de hoy desafía a Dios, y quiere que Dios transija para apoyar sus bajas pasiones, pretende que Dios les dé permiso para vivir en pecado.

La Biblia condena la relación entre personas del mismo sexo, fue por esta causa que en la antigüedad dos ciudades enteras (Sodoma y Gomorra) fueron aniquiladas con el fuego de la ira de Dios (Génesis 19). Es por esto mismo que la ira de Dios se ha de desatar en algún momento contra ciudades iconos del mundo como la ciudad de New York, donde se hacen cosas que la gente del mundo ve como bueno y válido y se apresta a imitar. Entonces no está lejano el día en que Dios romperá como alfarero el barro y lo desmenuzará ante los ojos atónitos de los que se gozan en la maldad del pecado de la homosexualidad.

Esto ha de ser así por el hecho de que el juicio de Dios comienza por casa, y Estados Unidos es una nación que tiene un pasado histórico ligado íntimamente a la fe cristiana, pero que se ha apartado de Dios y de una forma u otra está induciendo al mundo al pecado.

El permiso de Dios al disfrute del sexo aún dentro del matrimonio, no significa que la pareja de esposos no tenga límites en su relación íntima. Hay cosas que muchas parejas legales hacen que no son correctas ante los ojos de Dios. Los esposos no deben usar el sexo como un juego lujurioso que les lleve a practicar actos vergonzosos como los que registra la Biblia que se practicaban en las ciudades impenitentes que fueron destruidas por Dios en la antigüedad.

La sodomía es una práctica defendida por terapeutas sexuales como buena y válida entre la pareja heterosexual. Los consejeros matrimoniales que recomiendan esto, también recomiendan otras cosas que dañan la integridad del matrimonio, se ponen de espaldas a la Palabra de Dios que dice: ¨Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios¨ (Hebreos 13:4).

No vamos a hablar más de este asunto por lo que nos dice la Biblia: ¨porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto¨ (Efesios 5:12).

El hombre y la mujer dentro del matrimonio tienen permiso para disfrutar del sexo en todo aquello que sea limpio, puro, agradable y perfecto, como deben ser todas las cosas de los cristianos, como lo enseña la Biblia en Filipenses 4:8. No todo lo que produce placer es bueno. Por el sólo hecho de que le guste a uno, no significa que esté correcto, no significa que esté bien. Los sentimientos no deben moldear nuestro carácter, sino que son los principios los que deben regir nuestros sentimientos y acciones, pues no somos animales, sino personas.

3.- El Matrimonio Existe Para la Multiplicación de la Especie Humana.

Lo correcto es que los hijos nazcan dentro del matrimonio, y esto no ha cambiado. Aparte del disfrute del placer sexual, las relaciones sexuales permiten la procreación, la multiplicación de la especie humana. Esto cumple el mandamiento dado a la primera pareja: ¨Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla¨ (Génesis 1:28).

Cuando Dios trajo al hombre una compañera, les dio a ambos la orden de multiplicarse, de llenar la tierra de hijos. La fecundidad que se produce cuando un hombre y una mujer se unen en el acto sexual es lo que permite la continuidad de la especie. Pero la homosexualidad trunca este propósito de Dios y distorsiona uno de los sagrados aspectos del matrimonio.

No existirá la especie humana en una sociedad que permite y fomenta la unión entre dos personas del mismo sexo. Para contrarrestar esto, los homosexuales utilizan el recurso de la adopción, y esto lo que hace es agravar el problema en cuanto al concepto de familia. Hoy se está definiendo un concepto de familia muy distinto al que Dios nos ha legado. Asistimos a una sociedad loca, a una sociedad sin escrúpulos, a una sociedad que está condenada a la destrucción.

Cuando los hijos llegan se completa la felicidad de la pareja, se completa la familia, y esto es lo que da origen a la sociedad, esto es lo que da origen a las civilizaciones.

Los hijos son la bendición de Dios para el hogar, los hijos garantizan la continuidad de la especie, pero también garantizan la continuidad de la sociedad, por eso debemos poner mucho cuidado, todo el cuidado en la crianza de los hijos, porque de ello dependerá el futuro de la familia y el futuro del mundo.

La familia es el núcleo de la sociedad; como sea la familia, así será la sociedad, entonces debemos procurar tener  familias sanas, para que podamos tener una sociedad sana. Esta sociedad está enferma desde la cabeza hasta los pies, pues en ella, desde los estamentos más encumbrados hasta la base misma, encontramos defensores de los derechos a pecar, a violentar las sagradas leyes de Dios, y decir que está bien lo que  está mal, poniéndole un falso sello de legalidad a lo que es ilegal. Escuchemos los ayes de Dios en este sentido: ¨¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!¨ (Isaías 5:20).  

Desde los congresos, los legisladores de las naciones de la tierra aprueban lo que Dios desaprueba, y se atreven a decir que Dios está de acuerdo con eso, que Dios no lo condena. Claro, no hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere oír, esto es lo que el Señor Jesucristo dijo: ¨El que tenga oídos para oír, que oiga¨ (Mateo 13:9).

La distorsión dentro de la familia, la existencia de familias disfuncionales está creando un mundo descarriado. La mayoría de las personas que se dedican actividades delictivas vienen de familias destruidas, vienen de hogares donde no existe el amor ni la disciplina. El hogar existe para proporcionar a los hijos  amor, y el amor es barato, pero proporciona grandes riquezas que no se pueden cuantificar.

Las mayores riquezas que podemos dejar como herencia a nuestros hijos  no son materiales, sino espirituales; debemos proporcionar a nuestros hijos la riqueza del  amor,  debemos proporcionar a nuestros hijos la riqueza del  respeto, debemos proporcionar a nuestros hijos la riqueza de la honestidad, debemos proporcionar a nuestros hijos la riqueza de la honradez; aunque el mundo desprecie estos valores, los que creemos en Dios debemos propiciar que estos valores formen parte del carácter de nuestros hijos hoy, sólo así podremos salvar nuestro mundo, sólo así podremos salvar nuestra nación. Nosotros los padres debemos dar el ejemplo, debemos creer en estos principios, vivirlos y respetarlos.

Leandro González

Sermón predicado en la Primera Iglesia Bautista de Mao, República Dominicana, el 28 de agosto de 2011.