domingo, 24 de enero de 2010

DIOS, SU NATURALEZA Y SUS ATRIBUTOS

Salmos 139: 1-6
¨Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; allto es, no lo puedo comprender¨.

Hoy entramos en un aspecto general de la persona de Dios. En realidad tenemos el cometido en esta ocasión de tratar de comprender un poco la naturaleza de Dios y sus atributos, o sea, las cualidades que le son inherentes. Como hemos dicho desde el principio, estas ideas acerca de Dios no las podemos encontrar con absoluta certidumbre en otro lugar que no sea en la Biblia, que es su propia revelación. Si bien es cierto que en la naturaleza, en el universo, en la persona del hombre mismo y en la creación toda, podemos distinguir estas características distintivas de Dios, sin embargo es la Biblia la que nos habla con propiedad acerca del carácter de Dios.

Cuando se acude a otra fuente que no sea la Biblia en un tema tan delicado como el que nos ocupa, se corren grandes riesgos de cometer lamentables errores, pues no faltan quienes filosofando por aquí y por allá han planteado todo tipo de teorías. El buen estudiante de teología debe ocupar una buena parte de su tiempo al estudio de estas corrientes de pensamiento para su adecuada ilustración, pero sin olvidar que es en la Biblia donde se encuentra toda verdad acerca de Dios.

Podemos conocer como es Dios por la manera como él se ha comportado en su trato con el hombre al través de la historia, una historia que está narrada en la Biblia. Por lo pronto podemos decir que Dios es Soberano por ser Dios en todos los actos de su ser, pues nadie puede cuestionarle ni demandarle nada. En este sentido hay que aceptar que todo lo que él hace está bien hecho, aun cuando a nosotros los humanos no nos lo parezca. Dios no actúa bajo nuestra consideración ni bajo la consideración de nadie, él no tiene que pedir permiso ni opinión acerca de nada que vaya a hacer, pues él es el único que sabe qué hacer, cuándo hacerlo y a favor o en contra de quien.

No se puede atribuir responsabilidad culposa contra Dios de ninguna manera, pues en lo que se conoce en la Biblia acerca de él nos damos cuenta de su suprema autoridad sobre todas las cosas. Esto no quiere decir que Dios sea arbitrario o caprichoso, o que actúe de forma sentimental, o sea que se deje llevar de sus emociones, de ninguna manera, sino que no se puede decir que Dios sea malo o que sea rencoroso o que actúe impulsivamente; todos los actos de Dios están sustentados en razones correctas. Esta es una verdad conveniente para todo el que quiera conocer auténticamente a Dios.

En el libro de Job encontramos una serie de cuestionamientos que el hombre se hace respecto del carácter de Dios y sus actos soberanos, los cuales no tienen una explicación lógica para el humano. Pero vemos que cuando Job hace esas preguntas, él reconoce que está en una posición de insignificancia peligrosa frente a un Dios Todopoderoso: ¨He aquí que yo soy vil; ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca. Una vez hablé, mas no responderé; Aun dos veces, mas no volveré a hablar¨ (Job 40:4,5). Así que cuando alguna acción de Dios no la podamos asimilar, es seguro que somos nosotros los que estamos equivocados.

Ahora dedicaremos el resto de nuestra exposición a definir algunos aspectos de la naturaleza de Dios y sus atributos, tanto naturales como morales. Es bueno saber que todos estos atributos los encontramos de igual forma en la persona de Jesús y en la persona del Espíritu Santo.

1.- La Naturaleza de Dios.

Casi todo lo concerniente a este aspecto de la naturaleza de Dios lo hemos tocado en los sermones anteriores. De manera singular se destaca el hecho de que Dios es el único Dios verdadero que existe, y esto descarta toda idea de otro dios: ¨Se derramó, por tanto, mi ira y mi furor, y se encendió en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, y fueron puestas en soledad y en destrucción, como están hoy. Ahora, pues, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ¿Por qué hacéis tan grande mal contra vosotros mismos, para ser destruidos el hombre y la mujer, el muchacho y el niño de pecho de en medio de Judá, sin que os quede remanente alguno, haciéndome enojar con las obras de vuestras manos, ofreciendo incienso a dioses ajenos en la tierra de Egipto, adonde habéis entrado para vivir, de suerte que os acabéis, y seáis por maldición y por oprobio a todas las naciones de la tierra?¨ (Isaías 44:6-8).

Esta realidad de la existencia de un único Dios es algo que está planteado en toda la Biblia de forma categórica, y es además un asunto que responde a conclusiones de razonamiento lógico: si existe Dios, este tiene que ser Uno, único. Es por ello que la sentencia de Dios en Isaías 44:6-8 debe ser seriamente analizada por los que se empeñan en el día de hoy en venerar, adorar y rendir culto a la virgen María o a otro ídolo creado por la religión y por el hombre. Esta práctica de idolatría es totalmente contraria al espíritu cristiano y al espíritu bíblico. Cuando Dios constituyó a la nación de Israel le dio este primero y grande mandamiento: ¨Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos¨ (Exodo 20:1-6).

Otra cosa que hemos dicho es que Dios es Espíritu, o sea, que no tiene un cuerpo material como nosotros, aunque sí puede hacerse visible si quisiera, y es a lo que se le denomina teofanía, o sea, la aparición de Dios al hombre. En la Biblia encontramos alusión al ángel de Jehová que era visible a los creyentes de la antigüedad, así que esta era una manera como Dios se hacía perceptible al ojo humano: ¨Y el ángel de Jehová no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces conoció Manoa que era el ángel de Jehová. Y dijo Manoa a su mujer: Ciertamente moriremos, porque a Dios hemos visto¨ (Jueces 13:21,22). Dios se nos ha hecho visible de manera súper excelente en la persona de su Hijo Jesucristo, el cual es presentado en la Biblia como ¨la imagen misma de su sustancia (Hebreos 1:3).

Un rasgo distintivo de la naturaleza de Dios que también hemos compartido, es que Dios es una persona, contrario a lo que plantean algunos de que Dios es una fuerza o una inteligencia etérea. Dios posee las características que son inherentes a una persona.

Podemos decir que Dios tiene nombre al igual que toda persona tiene nombre, se puede tener un trato personal con él, como el que un hijo tiene con su padre: ¨En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños¨ (Mateo 11:25).

Podemos decir que Dios posee intelecto, que puede pensar, es un ser racional, lo cual es sólo posible en una persona: ¨ Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos¨ (Isaías 55: 8,9).

Podemos decir que Dios es un ser que manifiesta emociones, Dios es un ser emotivo, no es una cosa, no es un objeto sin sentimiento: ¨Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón¨ (Génesis 6:6). Como puede ver en este versículo, aquí se hace alusión a Dios como teniendo corazón, como si Dios tuviera un cuerpo como nosotros, y parecería una contradicción del punto en el que planteamos que Dios es Espíritu, pero lo que ocurre aquí es que el escritor de la Biblia utiliza un recurso literario llamado antropomorfismo (atribuir a Dios forma humana); es la manera como Dios mismo se nos da a entender, de forma que nos sea comprensible.

Es bueno destacar aquí una característica de Dios que debe ser conocida, y es el hecho de que Dios es impasible, o sea que él no puede ser dañado o alterado de ninguna manera por ninguna persona. Aún cuando Dios sufrió en la persona de Jesús los tormentos de los azotes, de la cruz, de la burla y de la muerte, todo esto lo hizo, no porque él fuera una víctima desdichada del hombre, sino porque él mismo lo decidió así. Este aspecto de la impasibilidad de Dios que implica que no puede ser alterado en su serenidad y tranquilidad no significa tampoco que él no participe de nuestro gozo y nuestras alegrías, sino que él siempre está gozoso, aún en medio de cualquier dolor o trauma experimentado por sus criaturas.

Como último punto en defensa del criterio de que Dios es una persona, diremos que Dios tiene voluntad, Dios actúa por sí mismo, tiene iniciativa propia, decisiones propias: ¨en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad¨ (Efesios 1:5).

En el sermón anterior hablamos acerca de la trinidad de Dios, un aspecto de su naturaleza que damos ya por estudiado.

2.- Los Atributos Naturales de Dios.

Cuando hablamos de atributos nos estamos refiriendo a las cualidades que son características de una persona, son los adjetivos que califican la personalidad de un individuo. Dios posee atributos naturales y atributos morales. Los atributos naturales de Dios se refieren a su ser, a su naturaleza, como la palabra lo indica. En este sentido diremos a manera de comparación, que la naturaleza de Dios es diferente de la naturaleza del hombre, Dios es infinito, mientras el hombre es finito; el hombre es un ser limitado, mientras Dios es un ser sin límites de ninguna clase.

Se pueden encontrar las siguientes propiedades de Dios en la Biblia: Primeramente vemos que Dios es Eterno: En este sentido hemos hablado bastante, hemos comentado de que Dios no tiene principio ni tiene fin y muchas ideas más concernientes a esto mismo.

Luego hablemos de la inmutabilidad de Dios. Esto significa que Dios no cambia, que no puede cambiar en cuanto su carácter, es fiel a lo que es, a lo que ha prometido, a lo que es su perfecta voluntad en favor de nosotros los seres humanos: ¨Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos¨ (Malaquías 3:6). En este sentido, los creyentes podemos estar confiados en la seguridad de nuestra salvación, pues Dios garantiza lo que ha obrado por medio de su Hijo Jesucristo en favor de nosotros. Esta cuestión de la inmutabilidad plantea que Dios es un ser completo, no necesita aprender nada, ni necesita progresar en nada, él es absolutamente cabal en todo, maduro, siempre lo ha sido y siempre lo será.

El versículo 6 del capítulo 6 de Génesis que leímos más arriba pudiera confundir a algunos respecto de la inmutabilidad de Dios. Recuerde que dice que ¨Dios se arrepintió¨, pero en este arrepentimiento de Dios no hay cambio en su naturaleza o propósito, sino que ha sido el despropósito del hombre el que le ha hecho actuar de otra manera, por causa de que los hombres se desviaron del camino de vida que él les había trazado. Tampoco implica esto que Dios haya fracasado en algún aspecto o que su creación tenga algún fallo o defecto, sino que es el hombre el que no ha sido fiel al propósito trazado por Dios: ¨He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones¨ (Eclesiastés 7:9).

Una última particularidad de Dios es su aspecto de Todopoderoso. Por lo general hay un elemento prefijo que define todas estas características: Omni, que significa todo. En este sentido diremos tres cosas: primero, que Dios es Omnipresente, o sea, está presente en todas partes al mismo tiempo. El salmista David nos lo dice de forma poética, no hay un lugar donde nos podamos esconder de Dios: ¨¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día¨ (Salmo 139:7-12).

Una segunda cosa acerca de este Dios Todopoderoso es que Dios es Omnisciente, o sea, que Dios lo sabe todo. Dios conoce el pasado y el futuro, de la misma forma que conoce el presente. No hay nada secreto que Dios no lo sepa, ni nada escondido, aún en lo más íntimo del corazón humano, de lo que Dios no esté enterado. Volviendo al Salmo 139 encontramos esta reflexión acerca de la omnisciencia de Dios:l ¨Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender¨ (Salmo 139:1-6). Dios no necesita recibir instrucción de ninguna cosa, él sabe todo de toda ciencia y saber, él es el dador de toda sabiduría e inteligencia.

En tercer lugar, Dios es Omnipotente, o sea que todo lo puede. No hay ninguna cosa que él no pueda hacer: ¨He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?¨ (Jeremías 32:27). Cuando el ángel Gabriel dio las nuevas a María acerca del milagro de su embarazo virginal, le dijo: ¨porque nada hay imposible para Dios¨ (Lucas 1:37). Dios es especialista haciendo que lo imposible se haga posible.

3.- Los Atributos Morales de Dios.

Estos atributos nos hablan de la forma de ser de Dios, de su ética. Estos atributos morales de Dios son la norma para nosotros los seres humanos: ¨Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto¨ (Mateo 5:48).

Lo primero que diremos respecto de los atributos morales de Dios es que Dios es Santo. Este atributo de Dios es lo que nos distancia a los hombres pecadores de él. Es este carácter de Dios el que impulsa a los impíos a rechazarle, puesto que se dan cuenta de su situación de impureza frente a un Dios inmaculado. Este sentido de santidad en el idioma hebreo se expresa con la palabra ¨quadosh¨ que significa sagrado, libre de mancha, libre de vicio, libre de idolatría y de cualquiera otra impureza o cosa profana. Y la palabra en griego para santo es ¨hagios¨, y el significado es similar al hebreo: dedicado, separado, sagrado, reservado, puro, perfecto, digno. Así que Dios es perfectamente puro, limpio, sagrado, santo.

Otro atributo moral de Dios es que Dios es Justo. Esto quiere decir que todo lo que Dios hace es recto, no actúa con favoritismo. La Biblia enseña que Dios no hace acepción de personas: ¨Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia¨ (Hechos 10:34). Dios mide a todos con la misma vara, cosa esta que deberían aprender nuestros magistrados.

Finalmente, Dios es Amor. Dios ama de igual forma a todos, aún a los rebeldes y pecadores. La verdad de que Dios aborrece el pecado, pero ama al pecador está implicada en muchos versículos de la Biblia, como este que dice: ¨Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?¨ (Ezequiel 33:11). También tenemos este otro versículo que dice: ¨El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento¨ (2 Pedro 3:9). Dios le ama tanto que envió a su Hijo a morir por sus pecados (Juan 3:16). Crea hoy en Jesús y será salvo.

Leandro González

Sermón predicado por Leandro González en la Primera Iglesia Bautista de Mao, República Dominicana en enero 24 de 2010.


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