domingo, 11 de julio de 2010

EL ABORTO DESDE LA OPTICA BIBLICA

Salmo 139:16

¨Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas¨.

En esta ocasión veremos cuál es el punto de vista cristiano acerca del aborto, del aborto provocado.

Usted puede pensar lo que quiera, pero yo estoy seguro, por lo que la Biblia me dice en el Salmo 139:16, que la vida comienza desde el momento mismo de la concepción. El embrión no es solamente una vida en potencia como se dice a menudo, sino que es una persona con todas las características que lo hacen un ser único en el universo.

El feto no es un ¨producto¨ como se lo quiere denominar en los círculos pro abortistas, aduciendo que mientras no nazca no es una persona. Porque está demostrado, que esa criatura en el vientre de la madre, siente la aceptación o el rechazo de los de afuera, y que esta condición ha de afectarle positiva o negativamente durante su vida.

Los que defienden el aborto como un derecho de los progenitores no son menos crueles que Adolfo Hitler, bastaría ver el famoso video ¨Un grito silencioso¨ para darse cuenta de cuán lejos de la gracia de Dios están los que se hacen cómplices de un acto tan salvaje como el aborto.

Las estadísticas con relación al aborto en el mundo no se pueden confirmar a ciencia cierta, pero se estima que cada año alrededor de cincuenta millones de niños no llegan a nacer por esta causa, y de éstos, aproximadamente la mitad son considerados legales. Lo que estamos diciendo es algo monstruoso, cincuenta millones de personas murieron durante la II Guerra Mundial, y aquí estamos viendo cincuenta millones de niños que mueren cada año por causa del aborto. Oiga este dato: En España y en toda Europa el aborto ha pasado a ser la principal causa de defunción. Así que, estamos ante un genocidio legalizado en la mayoría de los países del mundo.

Y para estos seres humanos no hay tumbas. Pero se imagina los grandes camposantos que se necesitarían para enterrar a tantos millones de criaturas malogradas cada año en el mundo. ¿Será que el planeta entero sería insuficiente para ser el camposanto de tantos niños a los que se les ha negado el derecho de nacer?

Aunque en nuestro país el aborto está penalizado, se sabe que se realizan bajo la mirada indiferente de las autoridades que están llamadas a hacer cumplir la ley, miles de abortos mensualmente. Según una investigación del Centro de Estudios Sociales y Demográficos ¨se estima que en República Dominicana se registran cada año 82 mil abortos¨, y agrega este estudio que ¨la décima parte ocurren en adolescentes entre 10 y 15 años¨.

Pero esto del incumplimiento de la ley en nuestro país dominicano es el pan nuestro de cada día, así que la violación a la ley que penaliza el aborto no es una excepción. Mientras se dice desde el congreso nacional que hay que castigar a los abortistas, se permiten anuncios de productos que propician el aborto, como las famosas píldoras que se toman el día después de una relación, cuando todo el mundo sabe que son un abortivo. Todo el mundo lo sabe, pero nadie dice nada. Vivimos en una sociedad que va tras el placer, y en esa búsqueda hedonista no quiere estorbos en su camino.

Frente a este mal, quiero que reflexionemos sobre tres aspectos importantes:

1.- El Aborto Es Asesinato.

El famoso juramento hipocrático de los médicos, entre otras cosas dice: ¨A nadie daré una droga mortal aun cuando me sea solicitada, ni daré consejo con este fin. De la misma manera, no daré a ninguna mujer pesarios abortivos. Pasaré mi vida y ejerceré mi arte en la inocencia y en la pureza¨. Aunque existen muchos médicos con la conciencia limpia, muchos lo único que pueden exhibir es un juramento hipócrita. Basta ver el video ¨Un Grito silencioso¨ para cerciorarnos de esta realidad. Viendo esta película uno se puede dar cuenta de qué clase de asesinato estamos hablando.

El pro abortista considera al no nato como un producto, no como una persona, pero esto se acepta por conveniencia, no porque se tenga la convicción de que eso es así. La mujer que se hace el aborto y quien se presta para realizarlo, ambos saben en su fuero interno que están terminando con una vida y que están cometiendo un pecado mortal.

¿Sabemos acaso cuán importante será esa persona a la que se está matando? ¿Qué habría pasado con el mundial de fútbol 2010 si la madre de Andrés Iniesta lo hubiera abortado? España no estaría celebrando su primer mundial en la historia. ¿Qué hubiera sido del mundo si la virgen María hubiera decidido abortar a su primer hijo? El mundo no hubiera tenido esperanza, pues de su vientre nació Jesús, el Salvador del mundo. Así que la culpa de una persona que está de acuerdo con el aborto no es sólo la del asesinato, sino la de tronchar la vida futura de ese niño, y privar al mundo del posible genio que pudo haber sido.

Lo asombroso de este acto de barbarie es como la conciencia colectiva ha ido justificando el aborto, de tal manera que aún personas que se consideran cristianas se muestran tolerantes ante este acto de salvajismo.

Aun en el caso en que se tenga que decidir entre salvar la vida de la madre o la del niño, si uno es temeroso de Dios, se deberá encontrar angustiado ante tan grande disyuntiva. Aquí surge la pregunta: ¿Quién es más importante, el niño o la madre? Y es difícil tener una respuesta. Cualquiera de las dos decisiones tendrá un gran peso de conciencia para quienes se vean involucrados a tomarla. Es aquí cuando hace falta el discernimiento espiritual. Se sopesan circunstancias de gran valor, como la importancia de la vida de la madre en el caso que haya otros hijos involucrados, la edad de la madre, o cualquiera otra consideración pertinente. En este caso, aun cuando exista la penalización del aborto, se tendrían que considerar las atenuantes, a fin de tomar una decisión de esta naturaleza.

A pesar de todas estas atenuantes, algunos prefieren esperar a que ocurra un milagro y que sea Dios quien tome la decisión final. Cuando vemos esta cifra tan espeluznante de cincuenta millones de abortos al año, uno se puede dar cuenta porqué no tenemos más noticias de milagros con relación a los embarazos riesgosos. Pero aún siendo así, sabemos de mujeres que se han atrevido a confiar en Dios y han tenido a sus bebés aún bajo el peligro de perder sus vidas, y Dios ha premiado su fe y su convicción.

2.- El Aborto Hace Que el Infierno se convierta en Poca Cosa.

Quisiera que me ayudara a razonar este criterio. Creo que el infierno es poca cosa para los que se confabulan con el aborto. Me imagino a los millones y millones de deditos acusadores de los inocentes, lo cual será una escena dantesca en el día del juicio. Este podría ser un gran motivo para un cuadro tenebrista de gran impacto. Como artista me gustaría hacer una obra mural que muestre esta desgarrante realidad. Sobre un fondo oscuro, los deditos acusadores, y algunos rostros de bebés, emergerían con extraordinario dramatismo, conformando así una escena de impresionante expresión pictórica.

A menos que una persona se arrepienta del pecado del aborto, que es asesinato (el peor de todos), no tendrá perdón, y toda la ira de Dios caerá pesadamente como justo castigo sobre ella. Así que los activistas de los derechos de la mujer que apañan y apoyan este procedimiento criminal no podrán alegar inocencia o ignorancia ante el tribunal de Dios.

La indignación del que dijo en Marcos 10:14 ¨ Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios¨ debe ser indescriptible frente al aborto.

El aborto es un atentado a las cosas más puras y sagradas del mundo. Pero siendo un crimen tan horrendo, es el que goza de mayor impunidad en este mundo. Pero ningún crimen prescribe ni queda impune en el tribunal de Cristo.

Creo que aún cuando una persona se arrepienta del pecado del aborto, y Dios le perdone, porque Dios perdona al pecador que se arrepiente, las consecuencias de este pecado le perseguirán hasta la tumba. Imagínese entonces lo que será morirse sin haber hecho la paz con Dios en este sentido. Si el asesinato de un solo inocente justifica el infierno, imagínese los millones de veces que un millón de abortos anuales en el mundo, justificarán el infierno.

3.- El Aborto Demuestra Hasta Donde Lleva el Pecado.

Aun cuando el embarazo sea el producto de una violación, de un incesto o de cualquiera otra situación parecida, el decidirse por un aborto será siempre, a la luz de la Biblia, un crimen, un asesinato. ¿Quién está dispuesto a cargar en su conciencia con esta culpa? Al menos esto debería ser un gran cargo de conciencia para los que la tienen, o por lo menos para los que no la tienen cauterizada, como dice el apóstol Pablo en Ï Timoteo 4: 2: ¨ Por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia¨. Hay gente que tiene una conciencia tan dañada, que ha perdido todo tipo de bondad.

Esta conciencia cauterizada se manifiesta en personas cuya práctica en el pecado hace que se conviertan en individuos duros de corazón, a los que el hacer el mal no les afecta en lo más mínimo. Son individuos que tienen una conciencia insensible, tal como el propio apóstol Pablo también escribiera a los efesios en otra ocasión: ¨teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza¨ (Efesios 4: 18,19). Hay que tener la conciencia en un gran estado de oscuridad para aprobar el macabro acto del aborto.

Aparte del crimen que es el aborto, existen una serie de secuelas que quedan en la vida de la madre que se lo practica, y porqué no decirlo, de la pareja que toma esta decisión. Los graves daños físicos y Psicológicos que un aborto puede causar son indiscutibles. Estas son las consecuencias de pecar. Si creemos que vamos a hacer algo malo y que no tendremos consecuencias, estamos muy equivocados, pues la Biblia nos dice: ¨ No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna¨ (Gálatas 6: 7,8).

Leandro González


Mensaje predicado en la Primera Iglesia Bautista de Mao, República Dominicana, el 11 de julio de 2010.


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